Un video que se ha vuelto viral en redes sociales muestra a un taxista en Brasil enfrentando una peligrosa situación de asalto con una respuesta sorprendente: fingió un infarto justo frente a los agresores, lo suficientemente convincente para detener el robo en curso.
El incidente ocurrió mientras el conductor recogía a dos pasajeros, quienes intentaron robarlo; ante lo inesperado, el taxista simuló una dolencia cardíaca—una actuación dramática pero efectiva—lo cual desarmó a los atacantes y lo salvó de una situación potencialmente fatal.
Este hecho ha generado reacciones mixtas: algunos lo veían como un acto de valentía, otros lo celebran como una muestra de ingenio en situaciones extremas. Lo cierto es que demuestra que, ante el peligro, la creatividad puede ser tan vital como la fuerza.
Este suceso ocurre en medio de un ecosistema en el que los conductores en Brasil, especialmente aquellos de aplicaciones como Uber, enfrentan altos niveles de inseguridad. Actos como el de este taxista capturan la atención del público y abren un debate sobre la necesidad de mayor protección y medidas de seguridad para los trabajadores de este sector