Un antojo de comer chocolate, frituras o pan puede revelar un desequilibrio de algún nutriente que le hace falta al organismo, según la experta en nutrición, Magali Alvarenga, conocida en redes sociales como Nutri Maga.
Lo que dice un antojo y lo que necesita el cuerpo
“¿Crees que quieres chocolate, pan o papas fritas? La verdad es que tu cuerpo te está diciendo otra cosa, y la mayoría de las veces no le das lo que te pide”, aclara Alvarenga. Mientras que cuando hay antojos de harinas, pan, galletas o tortas, en realidad el cuerpo está pidiendo magnesio y triptófano, nutrientes clave para producir serotonina, la hormona del bienestar.
Cuando se consumen carbohidratos simples se eleva rápidamente los niveles de azúcar en la sangre, lo que da un impulso momentáneo de energía y bienestar. La recomendación ante un antojo de este tipo es consumir alimentos como aguacate, frutos secos, plátano o chocolate negro para proveer los nutrientes.
Detrás de un antojo de chocolate, hay una evidente baja de magnesio. Este mineral es clave para la relajación muscular, la energía y el control del estrés. Comer un trozo de chocolate es una práctica frecuente para satisfacer el antojo, ya que su sabor esto genera una recompensa sensorial inmediata al cerebro.
Antes de optar por un chocolate ultraprocesado, hay otras opciones más saludables como el chocolate negro con un 85% de cacao, almendras, espinacas o semillas de calabaza que son fuentes de magnesio.
En cambio, si los antojos son de frituras o ultraprocesados, el cuerpo necesita grasas saludables y sodio. Alvarenga explica que “muchas veces este antojo aparece por deshidratación o falta de ácidos grasos esenciales”.
Este tipo de antojo se relaciona con la necesidad de sal, clave para el equilibrio de líquidos y electrolitos del cuerpo. Un estudio de Oxford Academic lo relaciona con altos niveles de estrés, ya que el sodio contribuye a activar el sistema nervioso simpático.